Descripción
Considerar la empresa como un sistema viviente permite reinterpretar la realidad empresarial en profundidad. Esta visión convierte a la empresa en un sistema fuertemente interdependiente del contexto, una comunidad entre comunidades, que no puede existir de forma autorreferencial y se transforma en un motor de creación de valor únicamente cuando desarrolla plenamente su función socioeconómica. Un valor que no se acaba con la obtención de beneficios, sino que se extiende al impacto en el medioambiente y en la sociedad a través del crecimiento cultural de todos sus miembros, unidos por la idea de trabajar juntos en aras del bien común.
Esta es la propuesta que Massimo Mercati, CEO de Aboca, está promoviendo a través de la empresa familiar.
Fundada en 1978 por su padre, Valentino, Aboca se ha distinguido siempre por su enfoque innovador: encontrar en la naturaleza las respuestas a las necesidades relacionadas con la salud del ser humano respetando su organismo y el medioambiente, desarrollando modelos agrícolas sostenibles e invirtiendo en investigación científica.
Gracias a su experiencia en este terreno y a un proceso de formación personal que lo ha llevado a estudiar a fondo la relación entre el hombre y la naturaleza, Massimo Mercati ha extendido la visión sistémica de la vida a la dimensión de la empresa, entendida como una organización social. Vista así, la empresa se convierte en un proyecto de vida en el que ya no cabe la doble moral, una para el trabajo y otra para el ámbito privado. Pero, para que esto sea posible, el empresario deberá identificar los valores fundamentales de su organización y difundirlos para que se consoliden como puntos de referencia concretos, capaces de guiar de forma efectiva las acciones de todos aquellos que forman parte de la empresa.
“Si se respetan los valores espirituales, los bienes materiales surgirán por sí solos”, decía Adriano Olivetti.